Teletrabajo, tan pronto lo deseamos, como lo odiamos…

El misterioso caso del Teletrabajo. La historia de cómo un deseo generalizado se transformó en ¿Una “condena” a legislar?

¡Lo quiero!.., ¡Lo consigo!.., ¡Lo cuestiono!.., ¡Lo legislo!.., ¡Lo dificulto!..

El mundo «Antes de la Pandemia» (A.P.): Largas jornadas, presentismo laboral, teletrabajo inexistente…

💤 Año 2 (A.P.) 2018

Allá por 2018, el economista publicaba una espeluznante noticia sobre el presentismo laboral (síndrome de la silla caliente) en la que concluía que, el 44% de las empresas españolas afirmaban detectar este tipo de prácticas entre sus equipos.

¿Los motivos por los que “se calentaba la silla”?.. Pues básicamente dos: 1- el uso indebido de internet (navegación, RRSS, email, etc.) y 2- la falta de flexibilidad en los horarios ¡Vale!, ¡Vale!, incluiremos un tercer motivo: “los profesionales del presentismo” que se esfuerzan en proyectar la imagen de ¡soy el que más trabaja!, pero esto daría para otro Post.

Por aquél entonces, el teletrabajo parecía ser una buena solución al problema del presentimo, pero en España sólo teletrabajaba el 4,3% de la población ocupada.

💤 Año 1 (A.P.) 2019

Con la entrada en vigor (por ej.) del Real Decreto Ley 6/2019 de 1 de marzo de medidas urgentes para la garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, se brindaba la oportunidad de por Ej.: pasar de un régimen de trabajo presencial a un régimen de trabajo a distancia para compatibilizar el cuidad de hijos menores de 12 años. Por primera vez se podía solicitar trabajar a distancia gracias al nuevo ordenamiento de derecho.

Pero lejos estábamos en España por aquel entonces de alcanzar niveles de teletrabajo deseables (sólo un 8.3% de los ocupados tele trabajaron ocasionalmente), según se desprende del informe publicado por el I.N.E:

«Cuando ¡China estornudó!, y el resto del planeta se resfrió…»

🚫 Año 0 (Covid19 modo ON)

… De repente ¡llegó Marzo 2020! y el País entró en «modo supervivencia». Las empresas se vieron obligadas dejar de producir, los autónomos tuvieron que ensanchar sus espaldas, los trabajadores fueron confinados en sus casas, los jóvenes vieron entorpecida su formación, los niños cambiaron profesores por padres, etc. Y lo que es peor, aquellos a los que debemos todo de lo que hoy disfrutamos, nuestros mayores, 💔 fallecían a diario.

Entonces y sólo entonces, «llegó el ansiado Teletrabajo», pero .. ¡Espera!espera!¡Un momento!.. ¿En esto consiste tele-trabajar?, se preguntaron muchos a la par que se quejaban de falta de medios, aislamiento social, jornadas interminables y confusión entre la vida familiar y laboral… Pues mire Ud., efectivamente esto NO es teletrabajo es supervivencia en medio de una ¡Pandemia a todos los niveles! y sinceramente, si piensa que mantener sus privilegios está por encima de la quiebra de las empresas o de la vida de otras personas, es que ¡Ud! No comprende la gravedad de la situación!.

○ ¿Estás estresado?.. Coméntalo con los sanitarios…

○ ¿No tienes medios?.. Discútelo con empresas y autónomos…

○ ¿Te sientes aislado?.. Compártelo con desempleados…

Personalmente, creo que ¡No es momento de quejas!, sino de arrimar el hombro para que entre todos los actores (patronal, trabajadores, sindicatos, gobierno) rememos en la misma dirección y consigamos salvar nuestras «embarcaciones laborales», de lo contrario nos ahogaremos en medio de un Océano hasta ahora desconocido y pocos sobrevivirán.

«Esto no es teletrabajo, pero sí una gran oportunidad de implantarlo»

🔺Y ahora qué…

❗️¿Es momento de Legislar… o de facilitar el teletrabajo?❗️

❗️¿Debe ser el Gobierno quién establezca la Norma de forma definitiva?❗️

❗️¿Han de ser las Empresas las que acuerden con sus Plantillas?❗️

¿Encorsetar o flexibilizar?, el futuro del teletrabajo en juego…

Nos encontramos en un momento crítico para el futuro del teletrabajo a corto plazo y es probable que cometamos el error de «encorsetar con Leyes express» un sistema de relación laboral beneficioso no sólo para empresa y trabajadores, también para el medio ambiente.

Debemos diseñar y encajar todas las piezas, empezando por un compromiso basado en la madurez y responsabilidad por parte de trabajadores; confianza, reglas coherentes y claras por parte de empresas; y altura de miras por parte del Gobierno. Pero en mi opinión, sería acertado establecer distintos escenarios:

  1. Escenario Actual. Quizás no sea el momento idóneo para imponer una Ley de Teletrabajo definitiva y sí para establecer las bases con una Normativa transitoria que establezca las reglas del juego. Considero que hoy más que nunca, se debe fomentar el acuerdo en el seno de la empresa para posteriormente alimentar la Negociación Colectiva Sectorial. ¡Debemos ser ágiles y adaptarnos a un tiempo cambiante!

  1. Escenario Post-Covid. Llegado el momento, una vez salvada la situación excepcional en la que nos encontramos y cometido errores de aprendizaje necesarios, nos encontraremos en un periodo más estable y reflexivo que quizás permita la redacción de Leyes definitivas sobre el teletrabajo por parte del Gobierno. Hasta entonces, debemos anteponer la excepción a la norma.

Seamos coherentes con nuestras demandas…

Necesitamos facilitar más que Legislar…

Hoy en día, debemos ser ágiles y flexibles…

¿Te ha gustado?, te invito a leer mi Post «el peligro de ser buena persona«, con más de 61.000 lecturas.

Antonio J. Casado

Opiniones desde el respeto

4 ¡Gracias! por recomendar.

4 comentarios sobre “Teletrabajo, tan pronto lo deseamos, como lo odiamos…

  1. Muy a mi pesar creo que sin legislar el fururo del teletrabajo continuara siendo tan triste como hasta ahora. La responsabilidad por parte de quien lo realiza y el respeto hacia quienes lo realizan son lineas finas que por desgracia se desdibujan a menudo. El exceso de presencialismo como argumento meritorio o como exigencia para comprobar la productividad estan demasiado arraigadas aun y sin una ley que ponga orden puede llevar a conflictos empresariales.

    1. Buenos días, Verónica

      Estamos en un cambio de paradigma (más mental que físico) en el que cada individuo y empresa, deberán reformular sus hábitos y forma de pensar. El conflicto sólo puede evitarse desde el diálogo y la comunicación interna, no sólo con leyes.

      Gracias por tu opinión, Verónica

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